Asociación de Trasplantados de Páncreas.

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viernes, 28 de enero de 2011

Un mural por mi médula

VALLADOLID | Regalo tras un trasplante


Pedro Monje, en su estudio de Valladolid rematando el mural que donará al Hospital de Salamanca. | J.M. LostauPedro Monje, en su estudio de Valladolid rematando el mural que donará al Hospital de Salamanca. | J.M. Lostau
  • El pintor Pedro Monje dona un cuadro al Hospital de Salamanca
"Me dejaron vacío, me quitaron todas las células... Menos mal que la médula de mi hermano Paco era compatible y pudo hacerse el trasplante. Si no, ya no estaría aquí...".
El artista Pedro Monje, jienense, pero afincado en Valladolid desde hace 32 años, rememora, dos años después de la intervención de transplante de médula, la nueva etapa de su vida con nueva médula y lo hace con el chute de moral de un hombre que ha vuelto a nacer y con ganas de repartir gratitud al Servicio de Hematología del Hospital Universitario de Salamanca y a los pacientes que compartieron consulta y pabellón "burbuja" en la unidad. Todos ellos se acabaron convirtiendo en sus amigos, en colegas solidarios (y temerosos) de una misma patología.
Por ello, cuando los médicos del centro se enteraron de que era artista y le propusieron que pintara un mural para la zona de consultas del Hospital del Día, no lo dudó. Sólo le pusieron una condición. Por favor, que el cuadro fuese alegre.
"Para mí fue un reto", confiesa Monje, de 65 años. "Llevaba dos años sin trabajar y venía de una temporada literalmente sin fuerzas por una leucemia halogénica, que es la más grave y empieza a tratarse antes del trasplante con quimioterapia. Pero pensé: el mural va a ser un mensaje útil para los demás enfermos de que esto se sale, y me puse a ello", afirma.
De 2,5 por 2,5 metros, el cuadro que ha titulado 'Poesía imaginada, un campo de almendros en flor', recoge al pie de la letra el espíritu festivo que le encomendó el hospital. Ni el padre Mundina hubiera firmado semejante estallido primaveral, tanta sobredosis de flores de almendro, amapolas y margaritas que se instalará la próxima semana en el hospital charro para alborozo de los enfermos.
El mural es también la metáfora de la nueva vida de este discípulo del escultor barcelonés Luis Muntaner, porque ha vuelto a coger la paleta con brío de adolescente y a dibujar nuevos bocetos de esculturas.
Su único freno es un prudente respeto a cualquier rechazo o infección, por pequeña que sea. "Tras el trasplante, le di las gracias al jefe del Servicio de Hematología, el doctor Jesús San Miguel, y me contestó: no me las dé ahora, sino dentro de dos años. Tenía razón, el rechazo puede surgir en cualquier momento, aunque de momento, voy bien", asegura Monje.
La estrategia preventiva del escultor es llevar mascarilla en los autobuses –algo que asegura "la cesión inmediata de asiento", bromea– y estar literalmente pegado a una decena de medicamentos, especialmente el sandimmun neoral que le hace consumir cuatro litros de agua. "Aunque lo más eficaz es el estado de ánimo y el humor", concluye.












http://www.elmundo.es/elmundo/2011/01/27/castillayleon/1296123232.html

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