Asociación de Trasplantados de Páncreas.

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domingo, 30 de diciembre de 2012

Noticia: Insuficiencia renal, diabetes y trasplante

Nicolás Rizik
Santo Domingo
La insuficiencia renal crónica es la enfermedad catastrófica que más terreno ha ganado en la batalla por la salud de la especie humana en los últimos 50 años, y ha sido así a pesar de los enormes avances en su tratamiento que han ido surgiendo a lo largo de ese período, que incluyen las cada vez más sofisticadas máquinas de hemodiálisis (riñones artificiales), los logros en mejores resultados del trasplante renal, y la incorporación de nuevos agentes terapéuticos como la eritropoyetina, hormona sintética que sustituye la ya agotada hormona natural que producen los riñones para mantener un nivel adecuado de glóbulos rojos y volumen sanguíneo normal.



Se ha logrado que un buen número de pacientes sobreviva a los primeros estragos de la enfermedad y que un porcentaje importante haya sobrepasado los pronósticos de permanencia en tratamiento de hemodiálisis. Antes de todo esto, era la muerte irremisible. También hemos conseguido sacar muchos pacientes del tratamiento crónico de las modalidades de la diálisis mediante el trasplante renal y darles una calidad de vida que era una quimera hace tan solo tres décadas.

Pero no se ha podido evitar que esta condición catastrófica para el organismo siga aumentando de manera significativa en su amenaza a la población. Y es que un porcentaje importante de esta condición está precedido de dos enfermedades que individualmente producen deterioro de la estructura vascular y de la función renal: La hipertensión arterial y la diabetes, pero cuando coinciden ambas, se traduce en una sentencia casi inapelable hacia la insuficiencia renal crónica.

Aproximadamente un 10% de los pacientes de riñón trasplantados en el Instituto de Trasplantes Fundación Dr. Baquero son diabéticos. Aunque sabemos que estas dos enfermedades vienen muchas veces programadas en nuestros genes, el desarrollo de estas condiciones hereditarias dependerá de la aparición de otros factores de riesgo que se nos agregan durante la vida: las distorsiones y malos hábitos en la alimentación; el estrés (tensión emocional) a que nos empuja nuestro sistema de vida actual; sustancias dañinas para la función renal.

Para el paciente diabético que ya evolucionó hacia la insuficiencia renal crónica, todas las opciones enfrentan el reto adicional de manejar ambas condiciones como en una balanza, donde hasta la nutrición del paciente se convierte en un problema cotidiano.

En un pasado reciente el trasplante de páncreas se había planteado como una alternativa para el tratamiento de la diabetes tipo 1 con dependencia de insulina. Las complicaciones y dificultades de este procedimiento para manejar un problema endocrino-metabólico que se puede medicar con inyecciones de insulina, hicieron desistir de esta modalidad de tratamiento, que requería además inmunosupresión clínica.

Hasta que se plantea el reto del paciente diabético insulino-dependiente y a la vez en insuficiencia renal crónica. Aun así el mejor tratamiento para este tipo de enfermedad renal es el trasplante de riñón, a pesar de los  
inconvenientes de que el uso de ciertos medicamentos obligatorios que se deben utilizar en la prevención  del rechazo al órgano trasplantado, pueden agravar la diabetes (hiperglucemia refractaria).



Es entonces cuando tiene lugar el concepto de trasplante simultáneo de páncreas-riñón, no obstante ser un procedimiento más prolongado y que agrega riesgos adicionales en el periodo posoperatorio, ya es exitoso en un porcentaje bastante aceptado, requiere casi de la misma inmunosupresión para ambos órganos y resuelve al mismo tiempo los dos problemas catastróficos. 

El autor es médico de la Fundación Ashley Baquero






Foto: María Jamardo Rial.











http://www.listindiario.com/la-vida/2012/12/23/259774/Insuficiencia-renaldiabetes-y-trasplante

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