Asociación de Trasplantados de Páncreas.

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domingo, 22 de diciembre de 2013

La vida acorrala a dos jóvenes


Óscar y Ara tienen cuatro hijos, 32 años, carecen de trabajo y luchan contra una grave enfermedad hematológica

marisol ayala 22.12.2013 | 02:10



Óscar Sánchez tiene 32 años, cuatro hijos entre los 13 meses y 8 años y una mujer, Aránzazu Armas, de 30. El hijo mayor es de Ara pero para Óscar es un hijo más. Ambos llevan dos años luchando a brazo partido contra su enfermedad, LNH-T- NOS, cáncer hematológico considerado uno de los más agresivos.

En julio del 2013 el joven se sometió a un trasplante autólogo de médula pero lo rechazó. Pronto se someterá a un segundo para tratar de controlar su diagnóstico. En esta ocasión, el donante será su hermano gemelo. Hace dos años que una serie de alteraciones, incluido la pérdida diez kilos en un mes, aconsejaron un estudio y el diagnóstico fue el ya mencionado. Esa es la tragedia que viven Óscar y Ara, pero no es la única.

El dinero que cada mes entra en casa es 700 euros, los que recibe el enfermo por su incapacidad absoluta en base a su grave enfermedad. Y nada más. A ella se le terminó hace dos meses el preparo, 400 euros. De los 700 euros tienen que alimentar a cuatro hijos, pagar un alquiler de 300 euros, y que con el agua y la luz se remonta en 500 euros. Lógico que estén desolados porque los médicos del hospital de Gran Canaria Doctor Negrín le han dicho a Oscar que tiene que llevar una vida ordenada, una alimentación variada, que no altere su estado de ánimo, que debe llevar un tratamiento riguroso y tener mucho de descanso. Es un enfermo muy delicado.

"Pero no puedo; tengo que buscarme la vida para darle de comer a mis hijos". 


La quimioterapia a la que Óscar se somete cada tres o cuatro semanas lo deja bajo mínimos. Son muy agresivas y apenas le dan tregua para recuperarse de una a otra sesión.

A todo eso hay que añadir que en un mes y pico la familia debe abandonar la casa en la que viven porque la dueña lo ha decidido, de manera que Ara y Óscar estos días deben buscar nueva vivienda, con la particularidad de que no tienen un duro. "Los vecinos de Trasmontaña (Arucas), donde vivimos, nos ayudan mucho pero no podemos pagar una casa; o pagamos el alquiler o le damos de comer a los niños y desde luego los niños son lo primero".

Los servicios sociales de Arucas o el área de Vivienda no deben conocer a fondo el problema de esta familia, de lo contrario no se entiende una situación de precariedad como la que sufren Óscar, su mujer y sus cuatro niños.

No tengo la menor duda de que si ahora mismo hay alguien que sea merecedor de una casa son estos padres. Él dice haber acudido al Ayuntamiento de Arucas a solicitar una, pero entona su mea culpa: "he ido poco porque estoy muy cansado€no puedo estar mucho tiempo de pie, estoy enfermo y sacar un papel, ir de acá para allá, me cuesta un gran un esfuerzo".

Hace poco dejaron de pagar la luz y los recibos de dos meses se los sufragó Caritas, un gesto que agradece como agradece igualmente a los vecinos que tocan en su casa y les dejan comida, pañales€"Llegan a casa y me llenan la nevera, son maravillosos mis vecinos", afirma.

Es muy importante que la familia viva en una casa sin humedades, en muy buenas condiciones, porque tienen que afrontar el segundo trasplante de Óscar con las máximas garantía de higiene posible; una infección lo complicaría.



















Imagen: http://fotos00.laprovincia.es/2013/12/22/318x200/imagen1312188262.jpg
Fuente: http://www.laprovincia.es/gran-canaria/2013/12/22/vida-acorrala-jovenes/579421.html


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